…lo cierto es que amo mi vida y todo lo que conlleva, lo bueno y lo malo. Cada situación, cada momento que me ha llevado al punto en el que estoy ha sido clave y ciertamente no me arrepiento de las decisiones tomadas. Unas fueron muy malas, otras muy buenas, pero al final del día todas y cada una fueron mis decisiones. Decisiones que en aquel momento consideraba las mas optimas. Decisiones que me han traído hasta aquí. Y por “aquí” no me refiero al espacio geográfico, sino al estado anímico, emocional y físico. Aquí, lo material tiene un peso relativo, no me estresa no tener un carro último modelo, ni el mejor celular, ni estrenar ropa diariamente. Aquí, la gente que me rodea no cumple con estándares específicos en cuestiones materiales, no importa su vestimenta, ni sus pertenencias materiales, ni la fortuna de sus familias, ni la colonia donde se criaron y las escuelas a donde asistieron. Lo importante es lo que aportan a mi vida y viceversa. Aquí, no me enfoco en acumular riqueza monetaria para otros, ni para mí. Aquí. lo importante es el desarrollo humano y la felicidad genuina. Aquí, el dinero es lo más sencillo de adquirir, pues en momentos de desesperación siempre existe la drástica opción de robar. Aquí, la amistad, amor y felicidad son las verdaderas riquezas y no pueden ser robadas. Aquí, trabajo activamente para acumular estas riquezas y creo firmemente en que lo demás vendrá por añadidura. Aquí, no me importa la calificación final en una materia, sino el verdadero aprendizaje que tuve y en qué medida contribuye a mi desarrollo. Aquí, me interesa compartir y reír, me interesa conocer y viajar, me interesa ayudar y no discriminar. Aquí, trato de actuar con compasión y paciencia, con sabiduría y honestidad. Aquí, no sólo existo yo…aquí no importa el ayer ni el mañana, pues todo se puede acabar hoy.
