sábado, 25 de febrero de 2012

Homesick

Afortunadamente el 2011 estuvo lleno de viajes y exploraciones. Acercamientos a otras culturas, otro continente, otro idioma, pero sobre todo, acercamientos más precisos a mi forma de ser. Lentamente comienzo a entender un poco de cómo funciono y las razones por las cuales soy dueña de ciertos hábitos y comportamientos bizarros.
El trabajo de estudiante de posgrado me ha llevado lejos, no sólo a otro continente, sino también a una fase posterior de análisis. Más allá de la superficie.
Aun así, entre tanto viaje, entre tanto movimiento, entre tanto paisaje nuevo, la idea de soledad apareció. Ese deseo de voltear y ver a mi lado alguien familiar con quien compartir la vida y sus paisajes. Comencé a extrañar el hogar y a meditar la idea de que el viaje debe concluir. Sin embargo, este no es cualquier viaje, sino la vida misma y esos sentimientos no sólo emergen cuando estoy lejos de mi casa. Emergen cuando me he alejado de aquellos seres queridos, de aquellos seres cuya presencia aligeran el camino, lo hacen valioso, lo hacen bello.
Es así como llegue a la conclusión de que mi hogar debe ser aquel lugar donde mi corazón se siente lleno y mi espíritu deseoso de aventura, donde mi alma esta en paz y mi cuerpo sano, donde lo positivo pesa más que lo negativo y la idea de desarrollo es constante, donde la paciencia parece inagotable y aunque existan los errores, también existe un mañana para aprender y volver a intentarlo. No es un territorio especifico, es un estado emocional cálido..... eres, eres tú.